Del Libro COMO LA LLUVIA - José Emilio Pacheco

En sólo cinco pequeños poemas, José Emilio Pacheco nos revela que nada es permanente.

Como la lluvia

Dos mil años después de que el Vesubio
Sepultó entre cenizas a Pompeya
Encontraron un muro en que estaba escrito:

Nada es eterno.
Brillan los soles y en el mar se hunden.
Arde la Luna y se desvanece más tarde.
La pasión de amor
Se termina también
Como la lluvia.

Al tercer día de copiado el grafito
El yeso en que lo inscribieron se vino abajo.

Se acabaron los versos
Como la lluvia.


Las enseñanzas del zancudo

Entra bajo el calor, mide mi cuarto.
Su torpe vuelo no produce ruido.
Da vueltas por la lámpara.
No se atreve a inmolarse.
Pegado a la pared se queda inmóvil.
Se limita a observarme y a temerme.
Se resigna a morir, triste, seguro
De que voy a aplastarlo.
Su pasiva fijeza es un misterio:
Está retando al mundo y a lo humano.

El anticolibrí, muestra irrisoria
Del total desamparo,
Sin duda es (como yo) lento, antiestético.
Pero no dice: "Apiádate".
Odia la compasión. A su manera
Es valiente entre los valientes.
Otros dirán: "Imbécil.
Puede escapar: hay puertas y ventanas"

No voy a destruir a un inocente.
¿Quiero ostentar misericordia altiva?
¿O estoy paralizado por él,
incapaz de aceptar su desfío?

El zancudo me dicta sin quererlo
Su lección indeseable:
"Si aún sigues aquí
No es por tu mérito.
Se trata nada más de que hasta ahora
Alguien ha decidido perdonarte".


En la estación final

En la estación final todas las cosas muestran
Su virtud de cambiar, no de permanecer.
Todo se viene abajo y se despide.
Nos dice el mundo: "Ya no eres de aquí,
No te reconocemos como nuestro.
Lo que creíste tuyo era sólo un préstamo.
Ahora mismo
Tienes que devolverlo".


Aduana

"¿Qué traes?", pregunta,
Con arrogancia de todopoderosa, la Muerte.
Y le respondo humilde:
"No traigo nada.
Dejo atrás lo que tuve,
Como usted ordena".


Consejera del aire

Cada vez que me creo importante
Llega la mosa y dice:
"No eres nadie".


Y para mi, en estos dos poemas, José Emilio Pacheco devela el ego del hombre y revela cómo aún, los que se creen más poderosos, son simplemente seres primates, primitivos.

Papá

En el jardín de Plantes,
A la vista de todos y sin recato,
Grita ebrio El Poeta Loco al gorilla preso:

"Papá,
¿Por qué al pararte en dos patas
Y oponer el pulgar a los otros dedos
(Te autonombraste Adán por haber cumplido esta doble
hazaña
Y dijiste estar hecho de arcilla roja
Animada por el Gran Soplo Divino),
Lo primero que hiciste fue aparearte
Con otra simia o primata,
Desgajar una rama para volverla mazo o lanza o espada,
Asesinar a tu hermano el mono
Y a tus otros hermanos los neandertales
E imponer tu primatecía?

"Papá,
Con tu acto fundacional
Nos diste la certeza más perdurable:
La gente mata, daña, veja, humilla, tortura
Sólo porque el hacerlo le da un placer infinito.

"Papá,
Mejor te hubieras quedado allá arriba en tus árboles
En vez de poner en marcha,
Con tu triste ambición de hacerte dios,
Todo este gran desastre que no ha cesado
Y acabó por hacernos lo que somos."


El mendigo de Palma

No hay en el mundo nadie más altivo
Que el mendigo
De las calles de Palma

Con qué arrogancia implora caridad,
Con qué hiriente desprecio la recibe
Y en ver de dar las gracias por la limosna
Rezonga maldiciones, vomita odio,
Escupe fuego contra la injusticia.

Cuán consumado su arte del desdén,
Cómo logra
Que nos sintamos culpables
Por no estar
En su cubil de ratas ni a la altura
De sus harapos y su mugre.

Con qué ferocidad tiende la mano,
Nido de nudos, cicatriz de rabia,
Pared roñosa,
Grietas, cuarteaduras
De un rencor milenario,
Árbol talado
Repleto de inscripciones indescifrables.

"Fiera de mí todo es
Impostura, mentira, fraude,
Hipocresía y disfraz para encubir
La desnudez del alma y el vacío
Alojado en sus mentes de hormiguero.

"Ustedes deberían pedirme perdón
Por estorbarme el sol y afear el paisaje
Con su imbécil presencia de antropoides,
Admito que sumpliquen mi compasión
Pero no me rebajo a tolerarlos
Ni acepto que me laman los zapatos.

"Soy el emperador de la inmundicia.
Mi Roma es el jardín del a basura.
En mi abyecto palacio ustedes son
Bárbaros despreciables, invasores
De mi imperio en jirones,
Mi planeta en proceso de hacerse polvo."

Qué soberbia tan grande, qué orgullo atroz
Demuestra al repetirnos desde su abismo:
"Aunque ustedes lo nieguen soy rey del mundo,
Mi imperio-llaga es la verdad del mundo".


Y estos poemas me gustan porque en ellos la poesía se convierte, como decía Octavio Paz, en imágenes. La poesía es imagen.

Fracaso

Miseria,
Incurable miseria de la poesía:

Intentar un poema que describa
A qué sabe el sabor del agua.


La Luna rota

Nevó toda la noche de plenilunio y al despertar
Y ver el bosque hundido en la nieve
Perece irreal
Que ya amanezca y aún siga intacta la Luna
Si ha caído en pedazos para llenar de vlanco este día.


Canción

Aún te sigo abrazando en esa canción
Que a veces de repente vuelve a escucharse:
La más cursi, la más vulgar,
La más bella canción del mundo.